El «Olvido del Otro» constante a lo largo de la historia de la filosofía occidental. Pero si la Alteridad acaba desapareciendo y solamente queda lo Mismo irrumpe la Barbarie, la negación de la Diferencia, de la Exterioridad, de la Trascendencia. «Auschwitz» es el paradigma, el símbolo del totalitarismo, del mal radical. Algunos filósofos judíos del siglo xx reaccionaron con firmeza ante la amenaza de «Auschwitz». E. Husserl, Th. Adorno, E. Levinas intentaron pensar la Alteridad de otro modo, de nombrar la Alteridad sin que ésta pierda su exterioridad.
Este libro es una defensa del primado filosófico de la Trascendencia del Otro frente a la Totalidad del Yo, del Estado o del Ser. El lenguaje que permite nombrar al Otro en su plena Exterioridad es la fecundidad. La fecundidad es la respuesta a la demanda del «Rostro» del Otro. La fecundidad es discurso ético que nombra la relación no alérgica con el Otro y que hace frente a todo totalitarismo imperialista. La fecundidad se expresa en el verso de Paul Celan que resume este libro: «Yo soy tú, cuando yo soy yo».